Que este otoño se caigan las hojas, no tu cabello

Todos queremos presumir de un cabello fuerte y sano. Sin embargo, no es fácil, ya que en nuestro día a día nos exponemos a diferentes factores que lo debilitan, desde el uso de secadores y planchas, la contaminación, el estrés, los cambios hormonales, y no nos olvidemos de que con la llegada del otoño nuestro cabello se cae más.

Existen algunas numerosos minerales y vitaminas que pueden ayudarnos a conseguir un cabello saludable.

La L-Metionina, L-Cisteína y la L-Cistina son aminoácidos azufrados que forman la queratina, proteína constituyente de la piel, cabello y uñas.

El consumo regular de vitamina B9 (ácido fólico) contribuye a la reparación celular y a la síntesis de aminoácidos. La vitamina B12 (cianocobalamina) contribuye al proceso de división celular, se mejora así el aspecto de la piel manteniéndola en constante renovación. La biotina contribuye al mantenimiento del cabello y piel en condiciones normales. Además, la vitamina C interviene en la síntesis de colágeno para el normal funcionamiento del cabello, cartílago y la piel.

Respecto a los minerales, el cobre contribuye a la pigmentación normal del cabello y de la piel.  Por su parte, el selenio contribuye al mantenimiento de las uñas y el cabello en condiciones normales y contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo. El zinc participa en la síntesis del colágeno y contribuye al mantenimiento del cabello, piel y uñas.

Todos estos minerales y vitaminas los puedes encontrar en nuestro complemento alimenticio Forzapel

¿La clave para conseguir buenos resultados? Sé constante y comprométete a tomarlo cada día.

Algunos tips para frenar la caída del cabello

¡Hábitos que no fallan!

Utilizar complementos alimenticios para el cabello te asegura la incorporación de minerales y vitaminas necesarios para nutrir tu cabello desde el interior y afrontar los cambios de estación. Además de estos suplementos, te recomendamos adoptar ciertos hábitos para prevenir la caída del cabello como:

  • Cepillar el cabello de forma regular para activar la circulación sanguínea.
  • Exfoliar el cuero cabelludo.
  • Limitar el uso de planchas y secadores.
  • Seguir una alimentación adecuada.