El sistema inmunitario o sistema inmunológico, es el mecanismo de defensa del cuerpo humano. Está constituido por células, órganos y tejidos intercomunicados y coordinados entre ellos, que ayudan al cuerpo a luchar contra agresiones externas (virus, bacterias o patógenos), e internas, células del propio cuerpo que hayan sufrido “modificaciones”, por ejemplo células tumorales.
Es un sistema de defensa inteligente capaz de distinguir las células sanas de las células tumorales.
Para proteger el cuerpo, el sistema inmune cuenta con los glóbulos blancos (células sanguíneas) cuya función es importante para llevar a cabo esta defensa y cuyos precursores se forman en la médula ósea:
Los linfocitos, tipo de glóbulo blanco, son los componentes principales. Son las células que se encargan de combatir las infecciones y destruir células extrañas.
Se diferencian 3 tipos de linfocitos, B, T y NK, todos con un papel importante para destruir las células extrañas.
Los monocitos y los neutrófilos son glóbulos blancos que actúan como fagocitos, ingiriendo microorganismos o partículas extrañas, para eliminarlos.
Todas las células inmunes colaboran entre ellas para que la respuesta sea eficaz.
Referencias:
U.S. Department of Health and Human Services National Institutes of Health. Understanding the Immune System How It Works. NIH Publication. 2003; No. 03-5423.