Este año, las precipitaciones tan intensas del mes de enero favorecerán la polinización de las gramíneas salvajes esta primavera. El polen de las gramíneas es uno de los que más síntomas alérgicos causan, desde rinitis hasta asma y que origina durante meses una importante alteración en la calidad de vida de las personas que la sufren. Son la primera causa de alergia en nuestro país y la mayor concentración de estas plantas se encuentra en el interior siendo los meses de abril a junio los de mayor polinización.
En este post vamos a recordaros qué es la alergia, como diferenciar los síntomas de alergia a los infecciosos y la alergia como desencadenante del asma.
Las alergias son procesos que se deben a la liberación de histamina por parte del organismo cuando éste se encuentra en presencia de una sustancia que actúa como alérgeno. Dicha sustancia puede llegar al organismo por diversas vías: inhalación (polen y ácaros del polvo), contacto con distintos materiales o sustancias, oral o parenteral (determinados alimentos y medicamentos).
Cuando la alergia afecta a las vías respiratorias, cursa con rinorrea (inflamación mucosa nasal), congestión nasal, estornudos, tos y en casos severos asma. Generalmente van acompañados de lagrimeo ocular.
En el caso de la rinitis alérgica el moco suele ser líquido, transparente, muy similar al agua, mientras que el moco espeso es más típico de la rinitis infecciosa. Los estornudos se presentan de forma repetida, 3-4 estornudos de golpe. La congestión nasal suele ser alterna, es decir, en algún momento del día se puede obstruir una única fosa nasal y a las pocas horas congestionarse la del lado contrario.
Las alergias están vinculadas a la salud respiratoria, pudiendo derivar en asma. En este caso la inflamación afecta a los bronquios produciendo síntomas más importantes como dificultad para respirar, tos seca continua y ruidos como silbidos por la dificultad del paso del aire.
Todas estas enfermedades alérgicas se agravan en las grandes ciudades por culpa de la contaminación, debido a que las partículas contaminantes confieren una mayor agresividad a los pólenes y a las esporas de los hongos, produciendo mucho más daño en nuestro organismo.