La prevalencia de las enfermedades alérgicas está creciendo de manera alarmante en los últimos años a nivel mundial. Debido a este incremento, las alergias se consideran una de las problemáticas más importantes en el sector salud, sobretodo en niños.
Las alergias ocurren cuando el sistema inmunitario genera una reacción de hipersensibilidad mediada por la IgE ante sustancias que no deberían de ser consideradas extrañas por el organismo, como son el polen, ácaros de polvo, picaduras de insectos, alimentos, medicamentos, animales, esporas de moho, etc. A estas sustancias se les designa como «alérgenos» a los cuales los anticuerpos (IgE específica) responden liberando mediadores que producen los síntomas de la reacción alérgica. (Prof. Ruby Pawankar, 2011)
Según la clasificación de Gell-Coombs para las reacciones de hipersensibilidad existen cuatro tipos, siendo la Tipo I la encargada de producir las reacciones alérgicas.
Tipo de Reacción alérgica por:
Alergia por inhalación: las alergias respiratorias ocurren cuando el sistema inmune reacciona de manera anormal frente al contacto con sustancias transportadas por el aire que son inofensivas pero que el organismo las reconoce como alérgenos, produciendo así una gran cantidad de anticuerpos (IgE específica) que se encargan de liberar sustancias químicas las cuales son responsables de los síntomas de la reacción alérgica.
Existen distintos tipos de alérgenos:
- Los de interior: ácaros del polvo doméstico, pelos de animales, esporas de hongos y cucarachas.
Los ácaros son pequeños insectos que se encuentran en el polvo del hogar, estos pueden producir una reacción alérgica cuyos signos y síntomas son los presentes en la rinitis alérgica (estornudos, congestión nasal, tos, ojos llorosos), y en ocasiones puede haber presencia de signos de asma como la sibilancia y la dificultad respiratoria. (Mayo clinic, 2018)
Las células de la piel, saliva u orina de algunos animales contienen unas proteínas que producen una reacción alérgica dando lugar a la inflamación de las fosas nasales produciendo así signos y síntomas como estornudos, moqueo, enrojecimiento de los ojos, congestión nasal, goteo nasal, en ocasiones pueden aparecer síntomas cutáneos como urticaria, eczema y picazón en la piel. (Mayo clinic, 2017)
Como cualquier otro tipo de alergia, la exposición a esporas de ciertos tipos de hongos produce una respuesta del sistema inmune generando anticuerpos para combatir estas sustancias reconocidas por el organismo como nocivas. Tras el primer contacto con el alérgeno el organismo sigue produciendo anticuerpos para poder reconocer a esta sustancia en un contacto posterior (Mayo clinic, 2018). Los hongos se pueden encontrar en el interior del hogar y sobre todo en el exterior. Debido a que los hongos crecen en la humedad, los picos de alergias aumentan en primavera, verano y otoño. Los síntomas que este provoca son los mismos que encontramos en la rinitis alérgica (estornudos, congestión nasal, secreción nasal, etc.).
Las medidas profilácticas son la primera fase del tratamiento dentro del hogar para los pacientes alérgicos las cuales constan de medidas higiénicas sencillas, como:
- Eliminar la humedad.
- Usar spray anti-ácaros.
- Ventilar zonas del hogar con condiciones de humedad como le baño y la cocina, así como usar soluciones antifúngicas.
- Evitar el almacenamiento prolongado de alimentos propensos a producir moho.
- Limpiar con frecuencia los aires acondicionados con soluciones antifúngicas.
- Los de exterior: polen y esporas de hongos.
El polen es uno de los alérgenos más comunes que se encuentran en la atmósfera que al entrar en contacto con los ojos, la piel o el aparato respiratorio, el sistema inmune produce los anticuerpos que se encargan de liberar las sustancias químicas encargadas de producir los signos y síntomas típicos de las alergias. La concentración de polen dependerá de la época del año, por lo que se engloba dentro de la ‘’alergia estacional’’ o ‘’fiebre del heno’’.
Sus síntomas incluyen prurito nasal, en la garganta y en los ojos, estornudos, fatiga, dolor de cabeza y en casos graves puede llegar a producir asma por exposición a alérgenos. (Peter J. Delves, 2018)